El liderazgo empático:
la mejor herramienta para combatir el burnout

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Una epidemia que ha estado latente y que cada vez es más visible es el burnout. Desde que en el 2019 la OMS incorporó el “síndrome de desgaste profesional” o burnout a la clasificación internacional de enfermedades, se ha detectado cada vez más casos, al grado que de acuerdo al estudio de UKG"¿Renunciar, Resignarse, o Regresar? Quienes Renunciaron a su Trabajo en la Era de la Pandemia, Desearían Tener Otra Oportunidad" 57% de los trabajadores mexicanos renunciaron debido al burnout en el último año. Esto significa que la gran mayoría de las empresas del país están teniendo casos dentro de sus equipos y, si no encuentran formas de mitigarlo, se verán fuertemente afectados. Existen muchos mecanismos para detectar el burnout en los colaboradores, pero el más eficiente es sin duda la empatía.

Esencialmente, la empatía es la capacidad de reconocer y comprender los pensamientos y sentimientos de otras personas, es decir, de ponerse en el lugar del otro. La empatía ayuda a conectar con los demás, pero en el lugar de trabajo debe de ir un paso más allá y escuchar a las personas, para luego actuar en función de lo aprendido. Es por eso que la empatía juega un rol muy importante para humanizar la gestión de los colaboradores y lograr fomentar un buen lugar de trabajo donde todos se sientan con la confianza de desempeñarse y ser ellos mismos en su lugar de trabajo.

Actualmente, muchas personas están pasando por un momento difícil al pasar por un alto nivel de estrés, están trabajando más que nunca y se les dificulta separar el trabajo de su vida personal. Esto pudiera parecer bueno para las empresas, pero en la realidad no lo es, ya que esto empieza a generar cansancio, poca productividad, ausentismo y hasta rotación. Por ello, los líderes deben de tener en mente que tomar las mejores decisiones para la empresa significa realmente hacer lo correcto para los colaboradores. Sin embargo, a menudo se ve una gran desconexión entre las personas, los procesos y las políticas. Los líderes deben aprender a detectar los signos de exceso de trabajo para poder implementar medidas adecuadas que mejoren la experiencia de los colaboradores a través de buenas políticas y procesos.

Pero lo que ocurre generalmente con los procesos y las políticas, es que no suelen estar diseñados teniendo en cuenta las personas. Para fomentar empatía en el lugar de trabajo, no se puede poner en un manual o depender de un instructivo. El líder debe modelarse de acuerdo a las necesidades de sus colaboradores y predicar con el ejemplo, ya que cuando un líder demuestra y fomenta la empatía, los demás empezarán a serlo.

Esto puede parecer evidente, pero es un hecho que la empatía es una herramienta poderosa para construir buenos espacios de trabajo. No importa si se trata de un trabajo de oficina de cuello blanco o el de un trabajador de primera línea: todos necesitan de empatía para poder hacerlo de la mejor manera. Es por eso que el propósito de UKG es el de poner siempre a las personas en primer lugar para poderlos inspirar y elevar la experiencia de trabajo para todos.