Se ha producido un cambio masivo en la forma en que la gente ve el papel del trabajo en su vida.
La pandemia nos obligó a la mayoría de nosotros a reflexionar sobre nuestra vida laboral y a darnos cuenta de que hay cosas mucho más importantes en la vida que el trabajo. Algunas personas están descorazonadas porque el trabajo no cumple sus expectativas y buscan que las organizaciones den un paso adelante y les apoyen, incluso de nuevas formas que nunca habían estado en la agenda de Recursos Humanos o de liderazgo, para que puedan tener flexibilidad y medios para dedicar tiempo a lo que más les importa.
A través de esta encuesta realizada en 10 países, descubrimos que:
- Casi la mitad de los empleados de todo el mundo (46%) no recomendaría su empresa ni su profesión a sus hijos o a cualquier joven importante para ellos, y el 38% de los empleados de todo el mundo afirmó: “no le desearía mi trabajo ni a mi peor enemigo”.
- Desde los directores generales (61%) hasta el trabajador medio (49%), mucha gente “echa de menos cómo se trabajaba antes de la pandemia”, mientras que el 45% de los empleados en todo el mundo simplemente ya no quiere trabajar, punto.
- Alrededor de tres cuartas partes de los empleados tienen mayores expectativas sobre cómo les apoya su empresa (76%), y también animarían a sus hijos a elegir una profesión que tenga sentido para ellos (74%).
Hay millones de personas que tienen ganas de ir a trabajar cada día y muchos lugares de trabajo magníficos donde la gente se siente atendida, que pertenece a lago y que su papel contribuye al éxito. Tenemos que tomar las buenas prácticas de esas organizaciones para poder mejorar el trabajo y generar confianza en los empleos que tendrán nuestros hijos y nietos.
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